20.9.05

La muerte del cazador

Adolf Eichmann fue ahorcado el mismo día en que nací yo. Pero eso no tiene la mayor importancia. Me refiero a lo de la coincidencia de fechas. A Eichmann se le atribuyó ser el máximo responsable logístico del Holocausto.
Se asegura que antes de 1939, cuando Alemania contemplaba la posibilidad de expulsar a los judíos, Eichmann fue uno de los principales interlocutores nazis del movimiento sionista, con el que estudió, incluso, la posibilidad de facilitar la emigración judía a Palestina. Hay quien va más allá y aventura que fue, en su época, una de las personas que pensaron en la viabilidad de crear un estado judío en el Este de Europa.
Tras lo que pasó después, que resultó de todo punto execrable, huyó a la Argentina para vivir con falsa identidad hasta que en 1960 fue capturado por el Mossad, que le deportó a Israel.
Se dice que en su espectacular secuestro -llevado incluso al cine- intervino el conocido "cazador de nazis" Simon Wiesenthal quien moría esta madrugada a la longeva edad de 96 años. Las estadísticas dicen que logró, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y bajo el lema central de su vida, "Justicia, no venganza", llevar ante los Tribunales a más de 1.100 criminales nazis refugiados en todo el mundo.
Sobrevivió a doce campos de concentración hasta ser liberado por las tropas estadounidenses en el de exterminio de Mauthausen.
Isser Harel ideó y dirigió el servicio de inteligencia israelí desde 1952 a 1963 y era, por tanto, su máximo responsable cuando se capturó a Eichmann. Harel desmontó la teoría de que Wiesenthal colaborase en esa operación que, aparte de su incuestionable trasfondo de lesa Humanidad, constituyó una flagrante violación de la soberanía de un país: de la Argentina.
Años atrás, el que fuera canciller socialdemócrata de Austria y también judío, Bruno Kreisky, acusó a Simón Wiesenthal de ser un "asesino de reputaciones" y a su Centro de Documentación Judía de Viena de "maffia cuasi política". Kreisky dijo que "Wiesenthal no fue muy riguroso en cuanto a la verdad, en sus métodos no fue muy preciso y trabajó con trucos...". Lo calificó de mentiroso, dijo que fabricó "pruebas" y que, finalmente, fue capaz de aplicar los mismos métodos del Mossad, lo que "lesiona en la forma más crasa los principios de un Estado de Derecho".
Con la desaparición de Wiesenthal se va una figura, cuanto menos, controvertida de la escena internacional. Uno de los grandes problemas que tuvo, según él mismo reconoció, fue explicar a la opinión pública los crímenes de los nazis, puesto que sigue habiendo numerosas asociaciones y grupos que niegan la existencia del Holocausto.
Por una cuestión meramente vegetativa, su presencia pública se fue apagando, poco a poco, en los últimos años. Ni tras la muerte de su mujer, que falleció en noviembre de 2003 a los 95 años tras haber estado casada con él durante 60 años, Wiesenthal salió de su apartamento en el centro de Viena para presenciar su entierro. Y es que, da la impresión, para entonces el cazador ya estaba cazado por la indolencia.

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