6.10.05

El discreto desterrado


Anoche, en El Estravagario, que dirige y presenta en La 2 Javier Rioyo, se habló largo y tendido de Dionisio Ridruejo, el poeta nacido en El Burgo de Osma, en Soria, en 1912, que fuera alumno de Antonio Machado y quien, como otros compañeros de su generación, participó activamente en las empresas políticas y culturales del país, trasladando a su obra esa dualidad tan característica de aquellos años, entre el esteticismo clásico y la proyección ideológica. Publicó Ridruejo sus primeras poesías en 1935 y, con el paso del tiempo, su obra mostró una métrica cada vez menos formalista y de expresión más sencilla. Fue profesor de Literatura Española en varias universidades norteamericanas, ensayista y autor dramático. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura y falleció en 1975, poco después de publicar su último libro, que se denominó "En breve".
Hijo de un comerciante, estudió Derecho sin gran entusiasmo. Su faceta política fue singular y especialmente significativa en aquella España. En 1933 se afilió a Falange Española y fue designado jefe provincial de Segovia. En 1935 pasó a Madrid para seguir cursos de la Escuela de Periodismo. Ese mismo año conoció personalmente a José Antonio Primo de Rivera. Al estallar la guerra civil perteneció a la Junta Política. Serrano Súñer, en 1938, le nombró jefe del Servicio Nacional de Propaganda. A finales de 1940 dimitió de su cargo. En 1941 se alistó en la División Azul pero en el verano de 1942 se dio de baja en el partido. En octubre de ese año empezó su larga cadena de discretos destierros. En 1947 mantuvo una pintoresca entrevista con Franco en la que le propuso nada menos que la disolución de la Falange. En 1956 fundó un pequeño grupo político autodenominado Partido Social de Acción Democrática. En 1957 volvió a la cárcel por unas declaraciones. En 1962 se marchó al exilio en París. Ridruejo siguió a su modo y en la medida de sus posibilidades luchando por la apertura y democratización de la sociedad española. En 1974 fundó USDE (Unión Social Demócrata Española), embrión de partido político a las puertas de la democracia que la muerte, en 1975, le impidió ver.
Anoche disertaron sobre su figura y su obra Javier Pradera, Santos Juliá y Jordi Gracia. También se uniría luego al referencial Jorge M. Reverte. Todos coincidieron en la dimensión humana y profesional de Ridruejo. Y todos alabaron su paso por la vida como ejemplo de coherencia y sencillez frente a los atiborrados camisas azules que hicieron carrera a la sombra de una Falange que feneció en 1936.

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