Al volante, ni una gota de alcohol

Los responsables de Tráfico en nuestro país redoblan desde hoy sus esfuerzos para cazar al conductor ebrio con la realización de más de 10.000 controles diarios en las carreteras. Está más que comprobado, aseguran, que entre un 30 y un 50 por ciento de los fallecidos en accidentes de circulación lo son por beber una copa de más. Se calcula que de aquí al día 24 de julio los agentes de Tráfico de la Guardia Civil realizarán más de 100.000 pruebas de alcoholemia. Lo harán a distintas horas: cuando se calcula que los presuntos infractores han almorzado, comido o cenado copiosamente con carga etílica incluida, a la salida de fiestas, conciertos u otros eventos similares, ... Ello no está nada mal si tenemos en cuenta que, durante el pasado verano, 711 personas abandonaron este mundo cuando transitaban en un vehículo por cualquier parte de España. Los expertos aseguran -y en ello insisten las autoridades- que consumir alcohol cuando vamos a coger un volante, incluso en cantidades pequeñas, reduce la capacidad de atención, de las funciones visual y auditiva, causa perturbaciones en el campo perceptivo, cansancio, sueño o fatiga muscular. Son argumentos suficientes para pensárselo dos veces. Además, que nadie olvide que nuestro carnet de conducir o permiso de circulación puede verse reducido en hasta 6 puntos por esta circunstancia y que el Código Penal tipifica entre los delitos contra la seguridad del tráfico que conducir bajo los efectos del alcohol o drogas puede costarnos, llegado el caso, de tres a seis meses de cárcel. ¿Es lógico, por tanto, que hagamos nuestro el eslogan de la DGT que encabeza este artículo?