¿En qué creen los paisanos del Papa?

El científico Albert Einstein no podía imaginarse a un dios que premiara y castigara a los objetos de su creación, cuyos propósitos habían sido modelados bajo el suyo propio; un dios que no fuese más que el reflejo de la debilidad humana. Y añadió el Premio Nobel nacido en la localidad alemana de Ulm: "Tampoco creo que el individuo sobreviva a la muerte de su cuerpo: esos no son más que pensamientos de miedo o egoísmo de lo más ridículo".
Mientras los paisanos de Benedicto XVI pueden presumir de contar con un Papa entre sus ilustres conciudadanos, una reciente encuesta de un instituto demoscópico del país nos demuestra que la mitad de los alemanes no cree en Dios. Es más, el citado trabajo asegura que sólo uno de cada dos alemanes cree en el Ser Supremo -un 50 por ciento-, mientras que el 24 por ciento dice ser ateo y el 26 por ciento restante no tiene claro si Dios existe o no. Si tenemos en cuenta que el 65 por ciento de los alemanes se reconoce miembro de la iglesia católica o de la evangélica, los resultados del sondeo arrojan algo especialmente llamativo: que no todos aquellos miembros de una de las dos principales iglesias alemanas cree en Dios. Los alemanes del oeste se muestran más creyentes que los del este -casi el doble- quedando más que patente las consecuencias de la férrea dictadura comunista que éstos últimos tuvieron que soportar durante años. Otro dato a significar es que, como casi siempre, las mujeres germanas son más creyentes que los hombres.
Joseph Ratzinger visitará Colonia del 19 al 21 del próximo mes de agosto. Y éste es el panorama que, según el mencionado sondeo, el pastor del mundo católico encontrará entre el rebaño alemán.