1.7.05

Monólogos de besugos

La televisión que nos invade nos ha deparado en los últimos tiempos unos personajes, cuanto menos, curiosos. Se trata de una especie de tele-predicadores que aparecen tanto en las cadenas generalistas como en las de pago. Irrumpen en pantalla, a veces con taburete incluído, desde el que lanzan unos monólogos tan sesudos que para su agradecido público, ubicado en el propio estudio, resultan desternillantes. ¡Qué graciosos son! Yo he tenido la oportunidad de ver a alguno de estos "seres geniales" en alguna terraza de verano y ... bueno. Cuando llevan diez minutos largando ya suenan repetitivos pero, insisto, para las personas de risa agradecida. ¡Qué graciosos son!
Y no digo yo que cada uno no se pueda ganar la vida como quiera, que cada cuál es muy libre pero, de verdad señores, yo prefería al ilustre charlatán Ramonet con su incontinencia verbal, vendiendo peines a un calvo o mantas zamoranas ante el tórrido verano que se avecinaba.

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