17.10.05

Cuestión de formas


El premio Planeta de este año ha venido con la polémica debajo del brazo. El escritor y miembro del jurado, Juan Marsé, aseguraba que ninguna de las dos novelas, la ganadora y la finalista, tenían suficiente calidad literaria y aseguraba que no había votado a ninguna de las dos. Es entonces cuando la ganadora, María de la Pau Janer, expresaba su alegría por "ser la menos mala de las diez finalistas". Estoicamente, la escritora soportó que Marsé le dijera en la cara que su novela tenía como problema "el ritmo narrativo tan pormenorizado y tan meticuloso, que me empezó a impacientar" y criticaba asimismo la "decantación hacia lo sentimental" que hay en el texto. Y Marsé ocultaba su desagrado porque la autora ganadora dejaba al descubierto "la carpintería literaria". Añadía Marsé que "en un país con tantos premios literarios, que se produzcan sólo media docena de buenas novelas al año es puro milagro, y demuestra que esto no funciona". Aseguraba que "desde el punto de vista comercial, el Premio Planeta funciona como una seda, pero desde la óptica literaria es más que dudoso". En un diálogo por momentos muy tenso, Janer acusaba a Marsé de jugar a ser "enfant terrible", pese a su edad, a lo que el escritor respondía que "sólo le interesaba la crítica literaria y no los ambientes literarios". Añadiendo, si cabe, más leña al fuego, la también miembro del jurado y directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás, opinaba que "también esperaba que el nivel del Planeta fuera más alto", pero destacaba que la poca unanimidad ha propiciado, sin embargo, "un larguísimo y enconado debate sobre literatura, que siempre se echa en falta en España". Regás admitía que una de las dos novelas sí aportaba algo y que una le había gustado más que la otra, sin llegar a desvelar su identidad.
"Ande yo caliente y ríase la gente" podría decir ante todo esto la escritora mallorquina María de la Pau Janer tras haber ganado la 54 edición del Premio Planeta con su novela "Pasiones romanas", con la que se ha embolsado la nada despreciable cantidad de 601.000 euros del galardón literario mejor dotado de las letras hispanas. La novela finalista, "Y de repente, un ángel", es obra del peruano Jaime Bayly.
Como pueden comprobar, en los ambientes literarios, la polémica, señores, está servida. Algo que no debiera estar reñido con la buena educación.

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