28.10.05

No al boicot catalán

Yo seguiré consumiendo productos catalanes. Beberé cava de Sant Sadurní d´Anoia, aguas minerales, comeré pizzas y seguiré lavándome y afeitándome con productos higiénicos elaborados en los polígonos industriales barceloneses. Lo haré, entre otras cosas, porque yo no creo que lo que digan algunos políticos catalanes -Maragall, Carod-Rovira, Mas … -, por muy representativos que sean, constituya el sentir general de ese pueblo.
Esta misma semana, el presidente de la Caixa, Ricardo Fornesa, aprovechaba un acto en el que le entregaban la medalla de oro de la Generalitat para pedir a su president, Pasqual Maragall, que se reduzcan las tensiones derivadas del nuevo Estatut “porque nosotros estamos y queremos seguir estando en toda España”.
Ayer, Mariano Rajoy quiso apoyar a los productores, brindó con cava en tierras catalanas y dijo que es tan español como "el jamón de jabugo o el vino de Rioja". El socialista Diego López Garrido, desde el Congreso, le llamó pirómano y bombero.
En la prensa valenciana se recogen estos días anuncios contrarios al consumo de productos procedentes de la vecina Cataluña porque allí todavía escuece el número del otro día, en el Camp Nou, cuando se exhibió una gran pancarta que hablaba de Paísos Catalans incluyendo a Valencia y Baleares.
Insisto: me parece que toda generalización es dañina. Coger el rábano por las hojas no es aconsejable en los tiempos que corren. Porque no todos abominan de España de Tarragona hacia arriba, por lo que tampoco parecería lógico que desde el resto de comunidades se desterrara cuanto huela a barretina.

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