Leí una vez en un informe de Reporteros sin Fronteras (RSF) que “en Kenya un periodista fue condenado por haber comunicado que una patrulla de soldados gubernamentales había sido diezmada en una emboscada tendida por bandidos armados. La noticia era cierta, pero fue tachada de información alarmista y, como tal, sometida al peso de la ley. Se observará que, en situaciones semejantes, algunos países prohíben lisa y llanamente que la prensa publique otras informaciones relacionadas con las operaciones militares que las facilitadas por el gobierno, cuando éste las facilita. Publicar malas noticias, incluso si son ciertas, es atentar contra la moral del ejército y, por consiguiente, ilegal”.
En Bielorrusia y en Turkmenistán ha habido acciones judiciales contra empresas de prensa por haber facilitado informes oficiales de organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa o el Consejo de Europa.
Pero quien se lleva la palma es sin duda Nepal, donde las autoridades celebraron la llegada de año publicando una directriz que obligaba no sólo a las emisoras de radio del país a difundir exclusivamente informaciones procedentes de una fuente oficial, sino a enviarlas para control al Ministerio de Información al menos una semana antes de su difusión. ¿No les suena a épocas pretéritas en nuestro país?
La organización no gubernamental Reporteros sin Fronteras ha sido galardonada con el premio Sajarov 2005 que concede el Parlamento Europeo. Su secretario general, Robert Ménard, ha mostrado su "inmensa alegría" por el premio concedido y dice que le va a dar "más peso frente a los regímenes que encarcelan a periodistas y más fuerza en la defensa de los que se ven atacados”.
El galardón llega en el momento en que RSF conmemora su vigésimo aniversario, y en ese sentido, señala Ménard, supone "el reconocimiento de 20 años al servicio de la libertad de prensa".
En cuanto al hecho de compartir el premio Sajarov de este año con el movimiento opositor cubano Damas de Blanco y con la abogada nigeriana Huawa Ibrahim, Ménard lo considera "un honor, porque es gente a la que conocemos" y con la que RSF comparte ideales.
"Estamos orgullosos de estar con ellos", añade al recordar que la esposa de su corresponsal en Cuba, Ricardo González -condenado a 20 años de cárcel por sus actividades en la disidencia- es integrante de las Damas de Blanco.
Las acciones que lleva a cabo RSF pasan por denunciar los ataques a la libertad de prensa; ayudar a los periodistas perseguidos por su actividad profesional; apoyar a las familias de esos profesionales perseguidos y llevar ante la justicia a los criminales culpables de persecuciones a periodistas.
A RSF no le faltan las críticas desde algunos sectores de la profesión que les tachan de estar poco menos que a sueldo de la CIA así como de silenciar ciertas actuaciones contra compañeros. También se les reprocha excesiva combatividad contra el régimen de Fidel Castro.
Y lo cierto es que, consideraciones aparte, viendo como están las cosas en el mundo, todavía queda mucho que hacer en pro de la libertad de expresión. ¿No les parece?
27.10.05
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