7.11.05

Arde Francia


Los disturbios que se iniciaron en París se han extendido cual reguero de pólvora por hasta una decena de ciudades francesas. La mecha surgió, al parecer, cuando dos jóvenes inmigrantes murieron electrocutados en una central eléctrica huyendo de la Policía. Ésta apunta que el perfil de los alborotadores es el de jóvenes entre 14 y 20 años, sin trabajo, poca cultura, desarraigados. Es decir, caldo de cultivo para los capos que controlan las barriadas populosas y suburbiales.
El ministro francés del Interior, el emergente Nicolas Sarzoky, cometió la imprudencia de hablar de "chusma", en referencia a la gente que provoca estos graves incidentes. Craso error de un político del centro-derecha, aspirante a las próximas presidenciales y nada sospechoso en éstas lides. No obstante, Sarzoky se ha mostrado favorable al voto de los inmigrantes en los comicios municipales, ha arropado en primera persona el concepto de discriminación positiva y ha creado el Consejo Francés de Culto Musulmán.
Pero, en cualquier caso ¿hay un trasfondo racial en todo este lío? Leo que en la selección nacional gala juegan, regularmente, hasta siete futbolístas de raza negra. En pasmoso contraste, en el parlamento no hay un sólo diputado negro.
Tras diez días alejado del problema, como si no fuese con él, Jacques Chirac toma el mando en la crisis. Dice que "la prioridad absoluta es el restablecimiento de la seguridad y del orden público", tras convocar al Consejo de Seguridad Interior. Algo aprendió Chirac de su alter ego, el general De Gaulle. Para que no le estalle en la cara otro mayo del 68, el ex-alcalde de París toma las riendas. Ya era hora.

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