
Aunque el presidente de la Junta de Extremadura considera que el sistema autonómico puede ser mejorado y "ampliado", advierte de que se opondrá al "debilitamiento de España a costa de favorecer a las autonomías", por considerar que "todos saldremos perdiendo".
Ibarra asegura que "frente a quien añora una España uniforme yo vengo a defender la libertad de cada uno para sentirse español como mejor lo considere, incluso defiendo el derecho a no sentirse español cuando uno no se siente como tal". En referencia a sus adversarios, Ibarra detalla que Extremadura apoya el proceso de reforma estatutaria porque este es un proceso reformista que "no debe deternerse" y que se debe culminar "con un consenso constitucional que nos fortalece".
"Lo único que no puede ser España", puntualiza, "es lo que quede después de un proceso continuado de reforma de los estatutos. España no puede ser un residuo".
"Si cada uno piensa en su trozo", continúa, "alguien tiene que pensar en el todo y ese es su papel y su responsabilidad señor presidente del Gobierno y yo estoy dispuesto a ayudarle desde la lealtad y desde la responsabilidad". El Gobierno extremeño se compremete así a "no hacer reforma del Estatuto para llegar tan lejos como el que más lejos llegue, (...) ni voy a introducir una clausula para que mi Estatuto recoja el más abarque". Lo que sí piensa hacer el presidente extremeño es "implicarse en ayudar a corregir errores, en hacer el sistema más eficaz y en analizar si en virtud de la nueva situación el Estatuto de autonomía necesita ser reformado".
Como se puede comprobar, el infarto de ayer pudo debilitar la salud de Juan Carlos Rodríguez Ibarra pero no sus firmes y asentadas convicciones. Que se recupere pronto.
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